viernes, 2 de septiembre de 2011

Se multiplican las mezquitas, decrecen las iglesias


El número de mezquitas en Francia se duplicó en los últimos diez años y supera las dos mil. Por su parte el líder islámico francés Dalil Bubaker, rector de la Gran Mezquita de París, declaraba recientemente que, para satisfacer la creciente demanda, la cantidad total de mezquitas deberá duplicarse hasta llegar a cuatro mil.

Por el contrario, la Iglesia católica construyó en Francia sólo veinte nuevas iglesias en los últimos diez años, y cerró formalmente más de sesenta, muchas de las cuales podrían convertirse en mezquitas, según una investigación llevada a cabo por el periódico católico francés "La Croix".

Por otra parte, si bien el 64% de la población francesa se define católica romana, sólo el 4,5% es católica practicante, según el Instituto Francés de la Opinión Pública(IFOP). Mientras que el 75% de los musulmanes norteafricanos y subsaharianos en Francia se identifica como creyente, y el 41% sostiene ser practicante, según un informe sobre el islam en Francia publicado por el IFOP el 1º de agosto pasado. La investigación afirma que más del 70% de los musulmanes franceses dice cumplir con el Ramadán en el 2011.


Los musulmanes piden usar templos católicos vacíos

Estos datos proporcionan una evidencia: que el Islam se encuentra en vías de superar al catolicismo romano como religión dominante en Francia. Desde el momento en que los números crecen, los musulmanes en Francia se están volviendo más afirmativos en su identidad religiosa que antes. Como consecuencia, diversos grupos musulmanes están pidiendo a la Iglesia católica el permiso para utilizar sus iglesias vacías como instrumento para resolver los problemas de tránsito provocados por los miles de musulmanes que rezan en las calles.

En un comunicado del 11 de marzo, dirigido a la Iglesia en Francia, la Federación Nacional de la Gran Mezquita de París, el Consejo de Musulmanes Democráticos de Francia y un grupo islámico llamado "Collectif Banlieues Respect" pidieron a la Iglesia católica, con espíritu de solidaridad interreligiosa, que permitiera que las iglesias vacías fueran utilizadas por los musulmanes para la oración del viernes, de modo que “no se vean obligados a rezar en la calle” o “sean tenidos como rehenes por los políticos”.

Cada viernes, miles de musulmanes en París y en otras ciudades francesas bloquean calles y aceras (y, como consecuencia, bloquean el comercio local y dejan atrapados a los residentes no islámicos en las casas y en las oficinas) para ubicar a los fieles que no logran entrar en la mezquita para la oración del viernes. Algunas mezquitas comenzaron a transmitir sermones y cantos de “Allah-u Akbar” en las calles. Estos inconvenientes provocaron ira y reacciones contrarias, pero a pesar de muchas quejas oficiales, las autoridades no intervinieron hasta ahora, por temor a generar incidentes.

El presidente francés Nicolás Sarkozy declaró que las oraciones callejeras son “inaceptables” y que las calles no pueden convertirse en “una extensión de la mezquita”. Y advirtió que este fenómeno puede minar la tradición laica de Francia de separación entre Estado y religión. El ministro del Interior, Claude Guéant, dijo a los musulmanes de París, el 8 de agosto, que en lugar de orar en las calles pueden utilizar un cuartel en desuso. “El orar en las calles no es algo aceptable, debe terminar.”

Algunas declaraciones de líderes musulmanes parecen destinadas a inquietar aún más a los franceses, como las del primer ministro turco, Tayyp Erdogan, quien dio a entender, recientemente, que la construcción de las mezquitas y la inmigración forman parte de una estrategia de islamización de Europa. Y repitió públicamente las palabras de una poesía turca, escrita en 1912, por el poeta nacionalista turco Ziya Gökalp: “Las mezquitas son nuestros cuarteles, los alminares, nuestras bayonetas, y los fieles, nuestros soldados”.







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